Los mismos que le entregaron los recursos hídricos a unos pocos en Santa Marta, a la mafia española que expulsé como alcalde de Santa Marta, privatizaron el servicio afectando el derecho de los usuarios a un servicio de calidad y con tarifas justas.
El agua es vida, el agua es un derecho fundamental de toda la población. El problema es la manera de hacer política de dos familias tradicionales, que han considerado siempre que el territorio y sus ríos les pertenece, los Cotes y Diazgranados; que quieren enfrentar a dos pueblos hermanos para que no se les castigue a ellos como los verdaderos culpables del desabastecimiento.
La pregunta que hay que hacer en Ciénaga es: ¿Por qué los cienagueros no tienen agua en sus casas y el problema del mal suministro cada día es más agobiante?
El problema está en los que acaparan el agua para su uso particular y hacen un negocio de un derecho Universal. Las familias que se esconden detrás de las candidaturas de los de siempre, que desvían el agua a sus fincas en toda la cuenca colocando centenares de trinchos, disponiendo de agua gratis para sus cultivos particulares, robándole el agua a los Cienagueros, a los Samarios y en general; a todos los Magdalenenses.
Los que le roban el agua a Ciénaga y a todo el Magdalena son otros. Los que se asocian para tan insolidario e ilegal propósito son de apellidos conocidos, han estado en el poder y quieren atornillarse a él, la gente los conoce muy bien.
Este es un problema que nos afecta por igual a todos, debemos procurar y llevar a cabo una propuesta seria, que esté siempre al servicio de las comunidades y nunca que los expoliadores y politiqueros conocidos se enriquezcan a costas del pueblo, con tarifas costosas y servicios ineficientes o que no se prestan.
Si el pueblo del Magdalena nos entrega su confianza el próximo 27 de octubre vamos a hacer todo lo necesario para que esa confianza se vuelva orgullo y alegría.
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