A partir de las 10 a.m. de este martes 17 de septiembre inició el acto en el que el director de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado, Camilo Gómez Álzate, pidió perdón, en nombre del gobierno colombiano, por el homicidio del sociólogo Alfredo Correa de Andréis, ocurrido el 17 de septiembre de 2004 en Barranquilla.
Tomado de El Tiempo

La plazoleta de la Universidad Simón Bolívar fue el lugar donde se cumplió el primero de los actos. Además, a las 2 de la tarde también se realizó otro acto en la Universidad del Norte, instituciones donde Correa de Andréis enseñaba.
El académico había sido rector de la Universidad del Magdalena, y en el momento de su muerte trabajaba en una investigación sobre desplazados en Bolívar y Atlántico.
En el 2013, el entonces director del DAS, Ricardo Giraldo Villegas pidió disculpas públicas en nombre del Estado colombiano y confirmó la responsabilidad del exdirector de esa institución Jorge Noguera y también la del exparamilitar Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’, en el crimen del defensor de los Derechos Humanos.
A finales de enero de este año Magda Correa de Andréis, dijo que lo que más le satisfacía al enterarse en ese momento del fallo del Consejo de Estado que admitía que la captura de su hermano, Alfredo, en junio de 2004, fue injusta, era que sus padres, Alfredo y Eloísa, a sus 96 y 92 años de vida, pudieron ver con lucidez que el nombre de su hijo, asesinado tres meses después de salir de la cárcel, sigue limpiándose. Eloísa falleció a mediados de julio de 2019.
Magda recordó el día, hace 15 años, en el que personal del extinto Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) llegó a la casa del sociólogo, en Barranquilla, para capturarlo por el delito de rebelión.
Lo acusaban de ser un líder de la guerrilla de las Farc que respondía al alias de Eulógio, el cual sería el encargado de reclutar personal para ese grupo ilegal en la Sierra Nevada de Santa Marta, y de mantener encuentros con Hugo Chávez en la Serranía del Perijá.
El viernes 17 de septiembre de 2004, Alfredo Correa caminaba junto con su escolta, el también cienaguero Edelberto Ochoa Martínez, por la carrera 53 con calle 60 en Barranquilla. El sicario primero mató a su acompañante, luego, según testigos, Alfredo dijo “¡hey, loco, no dispares!” antes de que acabaran con su vida.
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