“El oportuno aviso del conductor de la buseta de la línea Flamingo al percatarse de las fallas mecánicas del vehículo, impidió que se registrase una tragedia de grandes dimensiones, al ordenar que se bajaran los pasajeros del transporte de servicio público a un lado de la carretera Troncal del Caribe en la vía Ciénaga – Santa Marta”.
Por: Omar Salcedo Pabón
La Divina Providencia iluminó al conductor de la buseta de placas SZZ – 471, en momentos en que el vehículo comenzó a registrar algunas fallas mecánicas y tomó la iniciativa de hacer transbordo a las personas que transportaba en la ruta que cubría de Santa Marta a Cartagena.
El chofer de la buseta Eider Montenegro Espinoza, natural y residente en Cúcuta Norte de Santander, después de bajar a los pasajeros, intentó solucionar el imperfecto mecánico, cuando de repente se inició la incontrolable conflagración que consumió por completo el vehículo de transporte público de pasajeros.
La buseta se incendió a orillas de la Troncal del Caribe con destino a Ciénaga en el kilómetro 67 más 300 metros, en inmediaciones al puerto carbonero CNR, en la ruta que de la capital del departamento conduce a esta localidad, más exactamente en la región de Cordobita, sin que hasta el momento se hayan cuantificado las pérdidas materiales.
Las personas que circulaban por la doble calzada pasada la una de la tarde presagiaban lo peor al observar estupefactos como se incineraba el vehículo sin que nadie pudiese hacer absolutamente nada, hasta que llegó el cuerpo de bomberos, pero de la buseta ya sólo quedaban hierros quemados y retorcidos.
El Subcomisario Hernán Banquez Díaz, encargado de la comandancia de la policía de carreteras en el Magdalena al hacer presencia en el lugar del siniestro, le dijo a La Lupa Ciénaga que la buseta se había incendiado por unas fallas eléctricas y que por fortuna y la experiencia del conductor, logró prevenir un hecho que lamentar.
Banquez Díaz ratificó que la buseta de la empresa Flamingo partió desde Santa Marta hacia Cartagena, pero no pudo llegar a su destino final, por el desenlace conocido que por fortuna no registro muertos, ni heridos.
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