Como la primera prueba de fuego para el concejo municipal de Ciénaga ha sido catalogada la convocatoria a sesiones extraordinarias del alcalde Edgardo Pérez Díaz para la presentación de dos proyectos de acuerdo que le permitirían obtener facultades para contratar y celebrar convenios interadministrativos de carácter público o privado y facultades para modificar el presupuesto de ingresos, gastos y recursos de capital de la vigencia 2016.
Ambas solicitudes tienen una seria razón de ser y argumentos de peso suficientes para pensar en que la aprobación se dará sin mayores inconvenientes, teniendo en cuenta las afugias de la alcaldía en materia presupuestal, financiera y administrativa y la falta de las mencionadas facultades para contratar y modificar el presupuesto.
El renovado concejo de Ciénaga tiene a partir de esta convocatoria una gran responsabilidad, primero con la administración porque la corporación no puede negarse a brindar las herramientas al burgomaestre para manejar la cosa pública y segundo con su razón de ser natural, por el tan mencionado control político que entre otras cosas se debe mantener a lo largo de estos cuatro años de gobierno, so pena de desdibujarse como ha pasado en otras oportunidades.
La Lupa Ciénaga considera que en esta ocasión el cascabel al gato hay que ponérselo al tiempo de las facultades que solicita la actual administración, porque el mandatario las pidió hasta el 31 de diciembre del año 2016 y es ahora en este preciso momento, cuando se verá de que están hechos los nuevos cabildantes y si aprendieron la lección quienes están repitiendo el examen.
Son más, las malas experiencias de alcaldes con amplias facultades que las buenas y si la memoria no nos falla todavía nos estamos lamentando por excesos que se cometieron a partir de las manos extendidas de una corporación como el concejo.
En la mente de los concejales debe estar jugándose toda una estrategia, porque la decisión final puede significar el mantener la cercanía política y amistosa con el alcalde si se aprueban los proyectos de acuerdo tal cual se presentaron o el distanciamiento a partir de un recorte de las pretensiones de la primera autoridad, porque de seguro algunos dirán, si se ponen límites a las facultades, no se le dio la confianza suficiente al burgomaestre Edgardo Pérez Díaz.
Quién le pone al cascabel al gato? es la pregunta que circula en todos los sectores de la ciudadanía cienaguera, porque mucho se ha hablado de la transformación de las costumbres políticas en el municipio de Ciénaga y ésta, es al parecer la primera prueba de fuego para el concejo municipal.