Por: Luis Eduardo Rendón Vázquez
Economista-Ambientalista
En Ciénaga, Magdalena, el deporte de las pesas volvió a vestirse de oro y plata, gracias al triunfo obtenido recientemente por el joven cienaguero Hancel Javier Moran Pérez en el III Campeonato Nacional de Potencia-Powerlifting, ocurrido en la ciudad de Valledupar el pasado 18 de marzo del presente año.
Hancel de 21 años y estudiante de octavo semestre de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia se inició como fisicoculturista hace cuatro años en la Escuela Deportiva Espartaco que dirige el experimentado y curtido director Jairo Rendón Vázquez, un esmerado y consagrado forjador de varias generaciones de campeones que han participado en múltiples eventos donde Ciénaga ha logrado significativos triunfos en el deporte de las pesas en el ámbito regional y nacional.
Cuando apenas llevaba un año practicando el Powerlifting, Hancel obtuvo en el encuentro de esta modalidad deportiva dos medallas de oro y una de plata compitiendo con delegaciones del Valle del Cauca, Cesar, Atlántico y Magdalena.
Hay que destacar que es la primera vez que Ciénaga participa en un Campeonato de Potencia y en esta ocasión fueron muchas las dificultades que el joven Hancel y su entrenador tuvieron que sortear para lograr conseguir una victoria más en el competitivo y exigente mundo de las pesas.
Gracias al oportuno apoyo de sus padres que le facilitaron los medios de transporte, y cubrieron otros gastos para su movilización, el mencionado deportista obtuvo una honrosa y digna representación en estas lides en la ciudad de Valledupar.
Igualmente se hace necesario resaltar que por falta de recursos, su fiel e incondicional entrenador no lo pudo acompañar en forma personal, pero durante todo el proceso de la competencia lo orientó dándole precisas instrucciones a través de su celular.
Estas son las paradojas de un deporte que muy a pesar de brindarle grandes satisfacciones a los jóvenes de esta localidad y que ha permitido que muchos de ellos y ellas se hayan escapado de los peligros que ofrece el oscuro y tenebroso transitar de las drogas, el alcohol, la delincuencia y la prostitución, haya sido mirado con desdeño e indiferencia por parte de las distintas Administraciones de este ente territorial.
En estos días cuando se habla de que el deporte debe ser El Camino del Desarrollo y la Paz, en Ciénaga las pesas se encuentran en un total abandono, convirtiéndose casi que en la cenicienta a la que los gobernantes de turno desprecian, desconociendo que el deporte de las pesas ha logrado con mucho sacrificio, disciplina y pundonor construir un glorioso capítulo en nuestra historia deportiva.
Es por la mística, el carácter, el amor y el compromiso que tiene Jairo Rendón Vázquez con las presentes y futuras generaciones que la práctica de este noble y gratificante deporte no ha desaparecido de la faz de nuestra vida atlética y deportiva.
No es sólo con la entrega de un Caimán de Oro que se debe reconocer la trayectoria, los méritos y triunfos que ha cosechado Jairo Rendón en sus casi 40 años de vida consagrada al deporte de las pesas, sino que se hace necesario ser más pertinente y consecuente con alguien que desde su Escuela Deportiva también silenciosamente construye patria, promueve la paz y contribuye además, a generar saludables ambientes de convivencia y armonía ciudadana.
No es justo que a estas alturas a Jairo no se le haya definido hasta el momento su vinculación como instructor de pesas en este Municipio y que la actual administración como las anteriores administraciones continúe siendo mezquina con un deporte que sigue brillando con luz propia en los eventos donde Ciénaga se mantiene en los primeros lugares en el concierto de las grandes gestas deportivas.
No es hora de llorar sobre la leche derramada, pero si es el momento de reivindicar el esfuerzo de alguien que se desvela porque los jóvenes de este territorio crezcan y se edifiquen con los supremos valores que la cultura deportiva puede brindarles a nuestros héroes y consagrados deportistas.
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