Por: Edgar Padilla
Familiares y amigos de Franklin José Torres Manjarres, se encontraron en lo que fue la residencia y el lugar de su negocio, por eso allí coincidieron las personas que tradicionalmente y de cualquier estirpe, frecuentaban este sitio, en donde en medio de unas frías jugaban un partido de dominó o de billar.
Se fue Franklin, todos comentaban, lo mataron literalmente unos irresponsables a los que estar vivos les fastidia.
En su féretro y luciendo una camiseta del Unión Magdalena, se encontraba, quien hasta hace unos días en el cumplimiento de no quedarle mal a un amigo, encontró la muerte, esa que lo envió al viaje eterno, dejando a su hermana Francia, a su cuñado Anselmo y a sus sobrinas, que todavía lloran su muerte.
En medio de un recorrido provisto de aguas de Alcantarilla, salió el cortejo de la carrera 13 entre las calles 18 y 19, para llegar a la parroquia San Juan Bautista, en donde monseñor Dairo Navarro esperaba para oficiar la misa en cuerpo presente, destacando desde el primer momento un cartel que llevaba el féretro en la parte delantera, que se leía claramente, Super Papá.