Por: Javier Caneva Camargo
El talón de Aquiles de los proyectos que han venido desarrollándose en los últimos tiempos en el municipio de Ciénaga, ha sido sin lugar a dudas la falta de información y divulgación de los aspectos técnicos y contractuales en la mayoría de los casos, poco se conoce por parte de la opinión pública y los presuntos beneficiarios de algunas obras, del por qué se han paralizado o se mantienen jornadas de trabajo a marchas forzadas y con poco personal laborando.
En las últimas semanas la inquietud generalizada entre la ciudadanía está relacionada con el silencio absoluto en torno al proyecto del mercado público de Ciénaga, teniendo en cuenta que nada se sabe de su culminación a pesar de haberse anunciado con bombos y platillos la entrega formal a más tardar a finales del año anterior.
La Lupa Ciénaga tiene entendido que los dineros para culminar la tercera etapa del centro de abastos salieron de un empréstito bancario por el orden de los 15 mil millones de pesos, de los cuales se tomaron 4 mil, para culminar el elefante blanco con el compromiso de ser ésta la última inversión de la administración municipal.
Hoy lo irónico del caso es que el magno proyecto no fue entregado, no se sabe si ya invirtieron los 4 mil millones de pesos y en cualquier momento la alcaldía deberá comenzar a pagar esa millonaria deuda con intereses y arandelas, además, nadie dice nada, pareciera que nadie supiera nada y ni el contratista, ni la administración saliente, ni la entrante han manifestado en qué estado se encuentra el mercado, cómo van las obras, qué falta para culminarlo, pero lo más importante no se sabe a ciencia cierta cuándo se pone al servicio de la sufrida comunidad usuaria y comerciante.
El nuevo gobierno tiene en el mercado público otra de las difíciles tareas por terminar, pero más allá de poner en funcionamiento esta despensa comercial, deberá colocar en el escáner a éste contratista y otros tantos más que se han pasado por la faja, las cláusulas contractuales, a las autoridades municipales, a las autoridades de control y lo más grave al sentir de la comunidad.
El tatequieto a los contratistas debe ser contundente por parte del actual gobierno, se tiene la oportunidad para empezar con quienes vienen de la administración anterior, no se les puede seguir dejando como rueda suelta, a la topa tolondra, sin ningún tipo de control, sin ajustar a las interventorías de papel, sin aplicar las famosas pólizas de garantías, sin iniciar una acción de repetición.
No podemos seguir en Ciénaga cerrando los ojos y sólo escuchar la tormenta como si en nada nos afectara a nosotros, hay un conglomerado ávido de respuestas, pero también de soluciones, hay una ciudadanía esperando el justo castigo para quienes los han dejado por largos años metidos en el barro, los fétidos olores y la desidia administrativa.
Da tristeza decirlo, el elefante blanco está vivo y todavía ningún responsable del millonario despilfarro ha pagado las consecuencias, sólo el maltratado municipio de Ciénaga que siempre paga por daños y perjuicios, como si no tuviera dolientes.