Por: Cristóbal Vargas Castro
No hay palabras suficientes ni adecuadas para expresar nuestro sentimiento tras la devastadora noticia del fallecimiento del niño Santiago Melo.
El ciclo natural de la vida supone que los hijos entreguen los padres al creador, esto hace más difícil el momento que vive la familia y la aceptación de este designio.
Tuvimos la oportunidad no solo de conocer, sino de participar en la formación de Santiago, lo que tejió unos lazos que permanecerán en el cuerpo docente, administrativo y en el afecto profesado por sus compañeros y amigos.
Un hijo, es quizá el tesoro más importante que un padre y una madre puedan tener, es la alegría, la fuerza que posibilita una lucha permanente ante cualquier adversidad, es equilibrio entre la felicidad y las tensiones de la vida, es la oportunidad de formar y fortalecer una familia, la oportunidad para dejar un pedacito de nuestra existencia como legado para la humanidad, es la inspiración para aflorar nuestros afectos y consejos, para que ellos sean seres integrales al momento de afrontar con gallardía la vida, en esa medida, agradecemos nos hayan permitido compartir la existencia de su preciado hijo en nuestra Institución.
Rogamos al Todo Poderoso les colme de fortaleza para afrontar este duro momento, presentamos un abrazo a su señor padre , a su señora madre , a sus hermanos , a sus demás familiares, amigos y compañeros, y nos declaramos en duelo solidario.
Nunca estamos preparados para decir adiós a alguien que amamos. Mi más sentido pésame, que Dios les de la fortaleza que necesitan en este momento.
Santiago, con tus travesuras te podrás haber escapado de nuestra vista, pero jamás de nuestros corazones .
La muerte no es la última palabra, es más bien el preludio de una nueva y hermosa sinfonía.