Por: Edilberto “El Mono” Hernández
Desde Ciénaga hasta Barranquilla, pasando por el parque isla Salamanca, se ve la grandeza de Dios, se nota el crepúsculo matutino, el alba o aurora ese inmenso despertar que nos da Dios, antes de salir el sol, y el rocío de las olas del mar, la brisa fresca de los vientos alicios cuando pegan en la sierra nevada y se devuelven por toda la playa del mar Caribe, a veces entran a mi pueblo, pero su latitud bajo el nivel del mar, no permite el refrescamiento de mi pueblo, luego sale el sol, se nota ese paisaje verde de los mangles únicos en su especie y el volar de las viajeras aves (garzas y alcatraces), con sus radiantes plumajes, a medida que calienta el sol, esas aguas del mar Caribe, se notan diáfanas y cristalinas y la arena plateada de las playas expresan el espejismo mágico de nuestra querida región, el pescador en su bote, la atarraya en el hombro del pescador, lo noto desde lejos al pasar por el puente de la Barra y recuerdo a Jesucristo.

Esa parábola descrita en el evangelio según san marcos: Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron… Llega el crepúsculo de la tarde con su hermosa puesta de sol, el regreso de la noche espera, y las aves buscan los árboles y sus nidos en medio de los arreboles, por el camino de la ciénaga, se esconden no sé dónde, pero es el lugar seguro que la naturaleza les brinda, hago una pausa en mi pensamiento, y digo ¡para mí que existe Dios! Con toda su expresión de justicia, juicio y equidad. Él nos brinda a los que observamos el constante devenir, paz y tranquilidad nos invita a vivir el presente y a los jóvenes inteligencia y cordura para recibir las enseñanzas y adquirir sabiduría.

Eres el principio y el fin el Alfa y Omega, hoy te dedico estas palabras por mantener mis ojos y los ojos de mi región abiertos. Hoy comunico con alabanzas todas las maravillas de los que te adoramos y te bendecimos, hoy te sigo pidiendo más claridad en mi camino y el camino de mi región. Hoy te digo que eres lo más grande de mi existencia y te pido me escuches y nos conceda en medio de suplicas lo mejor.
Te amo mi señor Dios del cielo y de la tierra.
Gracias por todo.
Cada vez que escribo y recibo el
Mensajes de ustedes, las palabras tienen el Poder de aliviar mi conciencia.
Mil gracias por no solo oler sino por los mensajes que me envían.