En el camposanto muchas bóvedas se observan abandonadas y algunas osamentas literalmente están a la intemperie, razón por la cual, miembros del comité amigos del cementerio, exigen intervención, no sólo de los propietarios, sino también de las entidades con ingerencia en el tema.
Los malos olores en el cementerio San Rafael, se han convertido en una problemática de nunca acabar, y a ello se le suma el problema de la inseguridad y la presencia de personas que utilizan el camposanto y sus alrededores para el consumo de sustancias alucinógenas.
Genaro Lozano Cabrera, miembro del comité amigos del cementerio, hace un nuevo llamado a los propietarios de bóvedas y a las administraciones departamental y municipal, para que aunando esfuerzos se pueda recuperar este panteón.
El comité intentó cerrar las bóvedas en alguna oportunidad, sin embargo, se tergiversó la gestión y algunos ciudadanos pensaron que se trataba de un negocio, motivo por el que se suspendió la labor, recalcó Lozano Cabrera.
“Cómo comité hemos interactuado con diferentes funcionarios, pero todo queda en el tintero y las acciones de fondo para rescatar el cementerio San Rafael, nunca ha llegado”, subrayó.
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