Por: Camilo Castro Stand
Guillermo de Jesús Buitrago, nació el 1 de abril de 1920 de la unión entre Roberto Buitrago Múñoz de Marinilla, Antioquia y Teresa Henríquez de la Hoz de Ciénaga, Magdalena. Este 1 de abril de 2020, cumple 100 años de su natalicio.
El padre de Guillermo de Jesús Buitrago, era un comerciante que acostumbraba recorrer ciudades y pueblos del país como comerciante y como buen antioqueño. En esos viajes con fines comerciales, llegó a la segunda ciudad del Departamento.
Según indica el biógrafo de Guillermo de Jesús Buitrago, Edgar Caballero Elías, pasado un tiempo, el comerciante Roberto Buitrago Múñoz, “conoció a Teresa Mercedes Henríquez de la Hoz y se enamoró perdidamente de aquella joven mujer” expresa además que: “Teresa Mercedes Henríquez, era una ilustre dama cienaguera, respetable y admirada en la ciudad por su belleza. Hija de Jacob Henríquez y Gregoria de la Hoz Avendaño”.
Del matrimonio entre Roberto Buitrago Múñoz y Teresa Mercedes Henríquez, nacieron: Socorro, Luzmila, Lola, Alba, Guillermo de Jesús, Gregorio, Helda y Edith. Guillermo Buitrago, fue el tercero de los siete hermanos.
Cuando el Jilguero de la Sierra Nevada, tenía solo 9 años, es decir en 1929, su padre Roberto Buitrago, abandonó a su familia, sin explicación alguna, se fue para Marinilla, Antioquia y luego partió para Ibagué, comenta el biógrafo de Buitrago, Edgar Caballero Elías.
Sus estudios de educación primaria, los realizó en el colegio Adventista de Ciénaga, el cual posteriormente, se llamó, Instituto Víctor M. Gallardo. Sus estudios de educación secundaria, los adelantó hasta el tercer año de bachillerato en la Escuela de Segunda Enseñanza para Varones de Ciénaga.
Su inquietud hacia la música, comenzó, tomando una vieja guitarra que dejaba en la casa, el enamorado de una de sus hermanas. Ahí comenzó su interés por la guitarra y la música.
El “Mono” Buitrago, laboró en una fábrica de muebles, donde se dedicaba a empajar, actividad que le proporcionaba una entrada económica para él y su familia. También se dedicaba en los ratos de descanso a la elaboración de fuegos pirotécnicos para las festividades y eventos del pueblo cienaguero.

Su biógrafo, Edgar Caballero, relata que “a mediados de 1936, empezó a trabajar como dependiente en una almacén de víveres que se llamaba “El Mercadito”, ubicado en la calle Cauca con el callejón de las Flores (calle 12 con Carrera 10). Allí, trabajó poco tiempo, porque, luego se dedicó definitivamente a la música que tanto le apasionaba”.
El Jilguero de la Sierra Nevada, se entregó por completo a la música, y empezó hacer sus pininos en la emisora Ecos del Córdoba de Ciénaga, fundada en 1935, por Víctor Roberto Pereira. En primera instancia, funcionó en el segundo piso de la alcaldía municipal de Ciénaga. Tres años, más tarde, se trasladaron a la calle 11 con carrera 11, con el nombre de Ondas del Magdalena.
Posteriormente, la emisora, funcionó en la carrera 10 con carrera 11, y se llamó, La Voz de Ciénaga. Fue un compositor, músico y cantante del género popular en el folclore colombiano.
Empezó a presentarse en el programa radial La Hora Infantil, una franja infantil que se transmitía, los domingos en horas de la mañana y cuyo director era Ramón Ropain Elías. Logró organizar un dúo con Guillermo Pereira, el cual, se llamó “Los Dos Guillermos”.
Estos dos jóvenes artistas, gozaban de una gran simpatía por los asistentes al improvisado radio teatro de esta estación radial.
El periodista y escritor cienaguero, Darío Torregroza Pérez, fue clave en el éxito de Guillermo de Jesús Buitrago, se convirtió en su amigo y asesor en toda la carrera artística del “Jilguero de la Sierra Nevada. Este periodista, fue quien le regaló la primera guitarra al “Mono” Buitrago, elaborada por Alberto Bornachera Carrillo. Lo impulsó a través de sus programas radiales que siempre mantuvo en las estaciones radiales de Ciénaga y Santa Marta. Su incondicional apoyo, llevaron a Guillermo de Jesús Buitrago a realizar sus sueños como músico del Caribe Colombiano.
De acuerdo a lo consignado en el libro “Guillermo Buitrago, Cantor del Pueblo para todos los Tiempos” de la autoría de Edgar Caballero Elías, el “Mono” Buitrago, es llevado a la ciudad de Santa Marta a comienzos de la década del 40, siglo pasado, por el profesor de Historia de Colombia, Demetrio Daniel Henríquez Pereira, quien le presentó a José Manuel Conde Campo propietario de una emisora.
En la capital del departamento del Magdalena, fue acogido con gran entusiasmo por su calidad artística.
La voz melancólica, el estilo incomparable y el carisma de este juglar, hicieron que se perpetuara en la música popular de Colombia. Guillermo de Jesús Buitrago, se bebió la esencia de la vida en pocos años, tiempo que le fue suficiente para posicionarse en su tierra natal, en los melodiosos valles de los ríos Ariguaní y en el encanto del Caribe Colombiano.
En la década del 40, logró conformar el trio, llamado “Buitrago y sus Muchachos”, integrado por Julio Bovea y Ángel Fontanilla.
El estilo original del cantor de Ciénaga, su voz y sus cantos, se encuentran arraigados en el alma de los colombianos por su mágica y melancólica interpretación.
La obra musical de este icónico músico, es el recuerdo perenne de un hombre que nació para cantarle a la vida y alegrarle a los colombianos, el espíritu. “Buitrago murió para mantenerse vivo en sus canciones”.
El cantautor cienaguero, contrajo matrimonio en 1946, época de su mayor esplendor musical, con la cienaguera, Lilia Gallardo Polo a los 26 años, en la iglesia San Juan Bautista de Ciénaga, Magdalena. De esta unión, en el año de 1948, nació Guillermo de Jesús Buitrago Gallardo. Al morir Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez, su unigénito, solo contaba con cinco meses de haber nacido.

Este artista en la década del 40, siglo pasado, recorrió los pueblos de la Costa Atlántica, interpretando sus canciones y a la vez, sacando del anonimato a muchos compositores del Magdalena Grande como al viejo Emiliano Zuleta Baquero, Rafael Escalona, Tobías Enrique Pumarejo y Luis Pitre, entre otros, a quienes les grabó y difundió sus canciones, muchos años antes de que se grabara con acordeón, caja y guacharaca.
Guillermo de Jesús Buitrago, nacido en la tierra de la Cumbia Cienaguera, siempre se sintió orgulloso de su cuna natal por la idiosincrasia, la simpatía del cienaguero y la grandeza de su gente.
Es importante resaltar que parte de su obra musical, relata de una u otra forma, la espontaneidad y la gracia de sus amigos, compadres y la mujer cienaguera. “Lo que hacen ahora, los vallenatos, guajiros y sabaneros, con el canto y el acordeón, lo hacía antes, Buitrago con su guitarra y su canto emocionado” afirmó, el extinto escritor e historiador, Ismael Correa Diazgranados.
El “Jilguero de la Sierra Nevada”, en su corta vida musical, inició sus presentaciones en público con el acompañamiento de Efraín Torres, guitarra acompañante y Carlos Rubio en la guacharaca a los 18 años.
Así mismo, en muchas oportunidades, lo acompañaron, Julio Bovea, José Rodríguez y Ángel Fontanilla. Estos músicos acompañaron a Guillermo de Jesús Buitrago en las grabaciones de canciones inmortales como “Dame tu Mujer José”, “Grito Vagabundo”, “Que Criterio/Gota Fría”, “El Testamento”, “Compae Heliodoro” y “La Víspera de Año Nuevo”, entre otras.
Buitrago, impuso un estilo propio, el cual, no ha sido igualado por artista alguno, estilo que le ha permitido, mantenerse vigente musicalmente en nuestro país.
Guillermo de Jesús Buitrago, grabo y difundió, canciones de su propia autoría y también de músicos y compositores del Magdalena Grande (Magdalena, Guajira y Cesar). Este artista cienaguero, se convirtió a través de sus canciones en el ídolo de la Música Popular de Colombia de todos los tiempos.
Este icono de la Música Popular de Colombia en el siglo pasado, empezó a recorrer todos los pueblos del Magdalena, mostrando su estilo original, su melodiosa voz y su calidad interpretativa dando a conocer a la gente, su obra musical.
Guillermo Buitrago, Inició sus presentaciones en público en las emisoras, “Ecos del Córdoba” “La Voz de Ciénaga”, “Radio Magdalena”, “Emisoras Unidas” y Emisora Atlántico”, en esta última, fue donde se dio a conocer en toda la Costa Atlántica su obra musical.
Es preciso resaltar que el Premio Nobel de literatura, Gabriel García Márquez, en la crónica: “Valledupar: La Parranda del Siglo”, escribió: “En Bogotá, por los años cuarenta se transmitía los domingos un programa de radio con música para bailar que se llamaba La Hora Costeña, y que muy pronto se convirtió en una parranda matinal para los estudiantes caribeños”.
Gabriel García Márquez, sigue relatando en su crónica, “Allí, se tocaban el porro y la cumbia, el fandango y el mapalé, pero ni un solo vallenato. Y no sólo porque, los costeños sabíamos que el vallenato no era para bailar sino para escuchar, sino porque nadie de allá arriba sabía de su existencia y de su pureza.
En la Costa Caribe en cambio, el programa de más prestigio en esa época era una hora de canto de un hombre de Ciénaga -Guillermo Buitrago- a quien hay que reconocerle, entre otros muchos méritos, el de haber sido el primero que puso la música vallenata en el comercio”. (Crónica de Gabriel García Márquez 1.983)
En la década del 40, siglo pasado, Guillermo de Jesús Buitrago, se vislumbraba como el difusor de la música popular de Colombia y como uno de los músicos más prolíficos del Caribe Colombiano y el interior del país.
Este personaje, sin estudios en la música, inició su carrera como músico, compositor e interprete, gracias a su calidad interpretativa y su constancia y perseverancia en sacar adelante sus sueños de ser un músico importante de Colombia. 1
En el mes de marzo de 1.943, Guillermo de Jesús Buitrago, acompañado de Ángel Fontanilla y Efraín Torres, por invitación del propietario del primer estudio de grabación y prensaje de discos en Colombia, Antonio “Toño” Fuentes, realizaron la grabación de “Las Mujeres a mí no me Quieren” y “Compae Heliodoro”, las dos primeras canciones, grabadas en Colombia, en Discos Fuentes de la ciudad de Cartagena.
Desde enero a marzo de 1949, Guillermo de Jesús Buitrago, empezó a sentirse, cierta afección en la garganta y su voz se estaba disminuyendo. El autor del libro “Guillermo Buitrago, Cantor del Pueblo para todos los Tiempos”, Edgar Caballero Elías, relata “Todo fue muy rápido y fulminante, no llegó a pasar un mes, tal vez dos o tres semanas para su fallecimiento, nadie pensaba que podía ser tan grave, para que definitivamente fuera a morir el 19 de abril de 1949”.
Sigue relatando su biógrafo Caballero Elías “y aquí volvemos nuevamente a Lilia Gallardo, su viuda, fallecida el 5 de febrero de 1994. Ella siempre sostuvo que Buitrago había sido envenenado en Valledupar por un trago malo, especie de maleficio criollo o maranguango, ofrecido insistentemente por algún envidioso desconocido, ocurrido pocos días, antes de su fallecimiento”.
Pero al final se pudo comprobar por parte del Médico-Tisiólogo, Augusto Hidalgo Acosta, quien dictaminó que Buitrago había muerto de Tuberculosis.
El cantor del pueblo, “m1urió en su casa, a las dos de la mañana de aquel 19 de abril de 1949, sentado en un mecedor, recibiendo el fresco de un abanico de mano que le echaba, su esposa Lilia Gallardo”. “La muerte de Guillermo de Jesús Buitrago, abrió para él, una nueva etapa: la etapa de la inmortalidad, pero esa inmortalidad, no comenzó el mismo día, ni al día siguiente, ni a los quince días, ni al mes, quizás ni al año de su muerte. Sino con el correr del tiempo, se fue dando el verdadero valor a su talento creativo e interpretativo”. Relata su biógrafo Edgar Caballero Elías.
Al Jilguero de la Sierra Nevada, lo mantuvieron en un olvido total después de su muerte, no hubo reconocimientos públicos de ningún gobierno ni a nivel nacional, departamental y mucho menos municipal. A su sepelio, solo asistieron sus familiares y sus amigos más allegados.
Los amigos, entre ellos, los compadres que lo apreciaban y le reconocían sus cualidades y calidades como músico, compositor e interprete. Ese día, partió su cuerpo y su espíritu y su guitarra quedó sola y desconsolada.

La historia, registra que Guillermo de Jesús Buitrago, en el año 1946, incursiona en el mundo de las publicaciones, sacando a la luz pública, una revista musical o cancionero, que se llamó “Cantaleta”, la cual, se distribuía en Ciénaga, Zona Bananera, Santa Marta y, Barranquilla. En este cancionero se anunciaban los acontecimientos sociales, la farándula de la región y la publicidad de los comerciantes con sus negocios y sus productos. “Cantaleta” tuvo una vida efímera, solo se publicaron tres ediciones.
Así como se le considera el precursor de la música popular de Colombia, así mismo, se le considera el precursor de la publicidad cantada y musicalizada, lo que hoy se le considera Jingles. En la Costa Atlántica, el primero en poner en práctica, esta dinámica publicitaria, fue Guillermo de Jesús Buitrago en la década del 40, quien en los radio teatros de las emisoras de la región, anunciaba la publicidad cantada de los negocios más prósperos de Ciénaga, Santa Marta y Barranquilla.
En aquella época, existía mucha competencia entre las emisoras de barranquilla. Solo Emisora Atlántico, tres o cuatro días de su muerte, le hizo un sutil homenaje, por ser artista casi que exclusivo de esa estación radial, las demás lo ignoraron y la prensa escrita de la Costa, nunca se dio por informada. O si no, ¿muéstrenme un recorte de periódico en donde anuncien la muerte de Guillermo Buitrago?
Es de resaltar, que casi medio siglo después de la muerte de Guillermo de Jesús Buitrago, se dieron dos hechos importantes que rescataron la memoria y la vida artística del cantautor cienaguero “El Jilguero de la Sierra Nevada”, ellos fueron: la publicación del libro “Guillermo Buitrago, Cantor del Pueblo para todos los Tiempos” de Edgar Caballero Elías y la puesta en marcha del Festival Nacional de Música con Guitarra “Guillermo de Jesús Buitrago” a finales de la década del 90, siglo pasado.
Estos dos acontecimientos, le dieron otro aire a la vida y obra de Guillermo Buitrago. La prensa nacional volvió a poner sus ojos en el cantor de Ciénaga. El Caribe Colombiano a través de sus músicos, tríos y compositores, empezaron a cantarle a este importante músico colombiano, quien se encontraba en el olvido. Fue el fénix de su vida artística, es decir, la renovación musical.
Buitrago, vivió 29 años, tiempo que le fue suficiente, para perpetuarse en los melodiosos valles de los ríos del Cesar, el Ariguaní y en el encanto de la Sierra Nevada del Magdalena. Su carisma y su estilo original, aún despiertan admiración en los amantes de la música en Colombia. Su voz y su canto, están arraigados en el alma de los colombianos y su mágica y melancólica interpretación, es el recuerdo perenne de un hombre que nació para cantar y alegrar el espíritu de los cienagueros y murió para mantenerse vivo en sus canciones.
Con la muerte de Buitrago, su conjunto musical, quedó huérfano y al poco tiempo, se desintegró. Un año después de su fallecimiento, Julio Bovea, funda el trío “Bovea y sus Vallenatos”, posteriormente, aparece “Alberto Fernández y sus Vallenatos”, aparecieron para retomar la gran batalla, emprendida por el cantautor, Guillermo de Jesús Buitrago: difundir y sacar del anonimato, la música popular del Magdalena Grande, pero éstos últimos, inclinados hacia el ritmo vallenato.
Desde el 1996, inicia el gran sueño de planear, organizar y realizar el proyecto del Festival Nacional de Música con Guitarra, “Guillermo de Jesús Buitrago” como un evento que promueve el rescate de la memoria y el legado artístico y musical del “Jilguero de la Sierra Nevada” los momentos y la época hermosa de Ciénaga en la música del pasado y presente.
La historia, consigna que el cantor cienaguero, el día que murió, llegó hasta su residencia, el propietario de Discos Fuentes, Antonio Fuentes, traía consigo, un contrato para que Guillermo de Jesús Buitrago, grabara algunas canciones con la orquesta cubana, Casino de la Playa. La vida no le alcanzó para a conquistar al mundo con su música.
Hace 71 años, el “Jilguero de la Sierra Nevada”, como se le conocía en esta región, emprendió, el viaje y el camino de los mortales, no sin antes, dejar su legado musical a todos los colombianos. Muy a pesar de haber transcurrido siete décadas de su partida, aún permanece intacta la obra musical del insigne cantautor en la memoria y el corazón de los colombianos.
El Primer Festival de Música con Guitarra “Guillermo de Jesús Buitrago”, se realizó en el año de 1997. Desde entonces, se institucionalizó en el municipio de Ciénaga y anualmente en el mes de junio, se realiza este importante evento que convoca a músicos y compositores de la Región Caribe y el interior del país.
Después de muchos años, a través del Festival de Música con Guitarra “Guillermo de Jesús Buitrago”, declarado por el Congreso de la Republica Patrimonio Cultural de la Nación, mediante Ley 1078 de 2006, por fin, se volvió a hablar de aquel Magdalena Grande, símbolo de fraternidad entre guajiros, vallenatos y magdalenenses. En estos 23 años de la existencia del Festival de Buitrago, se han presentado, los mejores músicos y compositores de la región.
Este año, se conmemoran, los 100 años del Natalicio de Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez (Abril 1 de 1920 – Abril 1 de 2020), por tal motivo las autoridades del municipio de Ciénaga, la Fundación Festival de Música con Guitarra, el Departamento del Magdalena y el Congreso de la República, se disponían, realizar unas series de acciones y actividades culturales con el propósito de rendirle un homenaje al “Jilguero de la Sierra Nevada”, pero por disposiciones del Gobierno Nacional y las medidas tomadas para evitar la propagación del Coronavirus, fueron aplazadas para una nueva fecha. Para así, pagar la vieja deuda que han tenido, con el Cantor Cienaguero: Guillermo de Jesús Buitrago.
Nota: Las Fotos fueron cedidas a este servidor por el biógrafo de Buitrago, Edgar Caballero Elías.
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