Por: Lic. Wilfri Rodríguez Márquez
A pocos días que se acerquen los cienagueros a las urnas para elegir a quienes nos van a representar en los cargos de elección popular y quienes tendrán el poder para administrar durante los próximos cuatro años los recursos públicos y legislar en el orden municipal y departamental, quiero compartir con mis coterráneos esta reflexión sobre este debate electoral.
La participación ciudadana surge en Colombia precisamente como un medio para renovar las estructuras formales de la Democracia y convertirlas en dispositivos capaces de interpretar la voluntad y las demandas de la población, pero se desenvuelve en un marco de relaciones sociales, políticas y simbólicas fuertemente atravesadas por las costumbres clientelistas. Por eso es tan importante que la voluntad popular responda con acierto al interés colectivo en la provisión de los cargos de gobierno.
Cuando el elector introduce su voto en una urna está contribuyendo a una decisión colectiva, con la cual se trazará el rumbo de una administración. Es una decisión que puede generar posibilidades positivas en el manejo de los recursos públicos o convertirse en un botín receptor de todo lo que puede conseguirse mediante la corrupción y en beneficio exclusivo de quienes controlan ese entramado.
Cada cuatro años vivimos la misma experiencia, las campañas de uno u otro candidato y sus seguidores que con una pasión en ocasiones desbordada defienden a capa y espada a su candidato. Las tecnologías han permitido que esos escenarios se hallan diversificado, ya no solo se debate en las calles ahora son las redes sociales el espacio predilecto y encontramos de todo como en botica; memes donde se le pone un toque de humor haciendo uso de esa picardía y creatividad propia de nuestra región Caribe, fotos de las actividades de las campañas, comentarios algunos basados en el respeto por los demás y otros que rayan en la vulgaridad atentando contra la honra y la dignidad del otro, también abundan las noticias falsas que además de desinformar ,desvían la atención de lo que verdaderamente nos debe interesar y es precisamente el debate de ideas , de propuestas, es decir, la esencia de una campaña política.
Por otro lado, están los indecisos y los apáticos esos que hoy no saben por quién votar y tal vez por esa falta de información veraz hoy tienen esta disyuntiva, de votar o no votar, mientras que los apáticos definitivamente no van a ejercer su derecho, para ellos todos son lo mismo, nada va a cambiar, para ellos los políticos lo que buscan es llenarse los bolsillos, aunque es reprochable esta actitud porque de una u otra manera es darle la espalda a la ciudad, también es entendible, desde 1988 estamos eligiendo a quienes han ocupado este cargo y aunque se ha avanzado, la percepción de los cienagueros es que lo alcanzado es muy poco en comparación con las regalías y los diferentes recursos que el municipio ha recibido, siguen vigentes problemáticas de vieja data y a estas se le han unido otras, producto del mismo crecimiento del municipio, el grave problema de la corrupción se ha paseado orondamente por los pasillos de la alcaldía y en sus distintas modalidades se han apoderado de estos recursos que le hubieran significado a Ciénaga un importante grado de desarrollo , el cual hoy se reflejaría en la calidad de vida de sus habitantes.
En esta campaña electoral se inscribieron diez candidatos para la alcaldía de Ciénaga, una situación sui géneris en el país y puede ser un tema para reflexionar, pero el cual no entraré a comentar, pero sí lo referenciamos porque en la teoría, y acudiendo a las libertades democráticas, el ciudadano tendría la oportunidad de escoger la mejor opción partiendo del precepto que a ese ciudadano se le brindarían las garantías de tener los suficientes elementos para decidir, pero en la práctica es otra la realidad, a pesar de los avances en materia de medios de comunicación, estos no son bien utilizados por los candidatos, pasando del llamado voto programático a un segundo plano, las campañas políticas han dejado un lado sus programas de gobierno con el que se inscribieron como candidatos, solo se dedican ellos y sus asesores a buscar que estrategia sería mejor para debilitar al contrincante o qué dice este de mí para después salir a los medios y refutar lo dicho por su contradictor, parece ser que para ellos es mas importante alimentar el morbo de quienes les gusta esta forma arcaica de hacer política que socializar con los ciudadanos sus propósitos y sus propuestas de gobierno.
La pregunta sería ¿Cómo cambiar estos viejos estilos de hacer política? Evolucionar hacia una campaña política con propuestas y que se le dé la oportunidad al ciudadano de escoger la que más está ajustada a la realidad del municipio, va a depender de la evolución que también haga ese ciudadano para romper con esos estereotipos, como por ejemplo es que yo voto por fulano porque es el que va a ganar, o yo voto por perencejo porque es el que tiene el billete., aunque no es fácil se hace necesario hacerlo, son cuatro años que marcarán un presente y orientarán un futuro.
Con los ocho candidatos que quedan en la contienda electoral, los cienagueros deben escoger la mejor opción, de ellos, tres ya fueron alcaldes y cinco aspiran por primera vez ocupar el primer cargo administrativo del municipio y aunque algunos ya se ven el primero de enero del 2020 tomando posesión de su cargo, lo único cierto es que nada está definido, cualquier cosa puede pasar, especialmente con ese importante número de indecisos y de apáticos que no podemos descartar y puedan marcar la diferencia.
Aunque mi intención no es influir en la decisión de los demás, ni mucho menos voy a utilizar este medio para decir por quien voy a votar , gracias a Dios y a nuestra constitución política el voto es libre y secreto, yo la tengo clara, quien ya gobernó e hizo obras que permitieron el desarrollo del municipio y lo eligen aplausos, pero si dicho gobernante en sus cuatro años no ejecutó obras que permitieran bajar las tasas de desempleo, la deserción escolar, la criminalidad; si no logró mejorar los índices sintéticos de la calidad en educación; si no invirtió en nuevas y modernas escuelas; si no intentó cerrar la brecha entre las zonas rurales y urbanas en cuanto a la equidad en oportunidades; si no mejoró la calidad de vida con mejores servicios públicos; si le dio la espalda al desarrollo cultural y deportivo de nuestra juventud, en fin si no alcanzó a convertir este municipio en competitivo y sostenible, cualidades que nos permitiría ser atractivos para los inversionistas que siempre han visto en Ciénaga un gran potencial, y lo vuelven a elegir, entonces se habrá fracasado nuevamente.
Todo ciudadano tiene responsabilidad política y, por lo tanto, debiera reflexionar, debatir y escoger del abanico de propuestas la que considere más conveniente para el futuro del municipio. Cuando no lo hace, cuando se queda en su zona de confort, cuando la principal discusión es el futuro de los participantes del reality show de moda, la asignación de valores en la sociedad está en riesgo.
Los cienagueros deben asumir su responsabilidad política, en los pocos días que faltan para las elecciones se debe reflexionar sobre el futuro de esta tierra que nos vio nacer y que ha sido generosa con aquellos que han llegado y tomar libremente una decisión, dejemos a un lado los prejuicios sociales y hasta políticos, hoy el sistema electoral da la opción de hacerlo libremente, teniendo como único testigo su conciencia, el tarjetón en el cubículo brinda esa posibilidad.
Ciénaga está esperando que elijas por ella y te conviertas en un ciudadano libre que fue capaz de soltarse de esas fuertes ataduras que los de siempre han aprovechado para atornillarse en el poder.
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